JAMES

Pensé que si desaparecía, entonces mirarían.

Traducción de Elio Verdú.

Me volví paranoico con salir a la calle y pensaba que los coches se estrellarían por lo feo que era.

“Empecé la pubertad siendo muy pequeño. Me cambió la voz a los 8 años, lo que es muy pronto para un niño, y crecí hasta la altura que tengo ahora a los 12, por lo que realmente destacaba entre otros niños. Me convertí en una especie de alien. Eso me hacía sentir muy incómodo con mi cuerpo y llegó a tal punto en el que pensé que mi cuerpo era, de alguna manera, un problema, lo que empeoró con la dificultad de ir a la escuela porque se metían conmigo por mi apariencia. Así que llegué a la conclusión de que para evitar que me hicieran bullying tenía que tener un determinado aspecto físico. Básicamente, la idea de ser aceptado o encajar solo la podía conseguir teniendo el control sobre mi cuerpo.

Tenía muchos problemas con mi imagen física incluso antes de perder peso. Hacía muchos rituales y tenía manías, y en un principio me diagnosticaron TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo). Tardaba 5 o 6 horas en estar listo lavándome o cortándome el pelo todos los días, haciendo todos estos comportamientos obsesivos y repetitivos sin parar. Al final, ni siquiera podía ir al colegio porque me llevaba tanto tiempo prepararme que casi no podía ni salir de casa. Me volví paranoico con salir a la calle y pensaba que los coches se estrellarían por lo feo que era, así que llegar a la escuela era todo un reto. Acabé directamente por no ir a clase y me quedaba paseando por los parques todo el día durante un año entero. Mi colegio se dio cuenta de que estaba faltando, pero no dijeron nada hasta casi un año más tarde. Sinceramente, no era una escuela muy buena, y me salía con la mía porque sacaba muy buenas notas en los exámenes. Los profesores simplemente pensaban que no había nada de lo que preocuparse, que era algo que se me pasaría porque me consideraban un estudiante excelente. En esa época, también tocaba diferentes instrumentos, así que mi excusa era decir que estaba en mis clases de música. Cuando mis padres se enteraron, se enfadaron mucho pero pronto nos dimos cuenta de que era un problema grave.”

Nunca me preguntaron sobre mis pensamientos o sobre cómo estaba yo realmente.

Me enviaron a los servicios de salud mental a los 15 por TOC y dismorfia corporal. El tratamiento consistió en quitar todos los espejos de la casa, lo que obviamente no funcionó porque el problema iba más allá. Nunca me preguntaron sobre mis pensamientos o cómo estaba yo realmente. Nadie me preguntó sobre mis sentimientos o cómo me sentía. Solo decían “bueno, eres listo, lo harás bien, tú tienes un problema, nosotros lo solucionaremos”. Pero no lo hicieron. Tenía mucho dolor y problemas emocionales. Sentía que nadie me estaba escuchando así que me pregunté “¿qué tengo que hacer para que me vean?”. Pensé que si desaparecía, entonces mirarían.

Elegí perder peso, lo decidí. Fue una decisión realmente complicada de la que no me enorgullezco, pero no tenía otras opciones. El primer paso fue perder peso, el siguiente sería llamar la atención, pero no fue lo que ocurrió. Así es como empecé una batalla con la anorexia que duró casi seis años, desde los 15 hasta los 21. En Gales, de donde vengo, no hubo servicios especializados en TCA hasta 2009, por lo que no recibí ningún tratamiento, tan solo algo de gestión de salud física. Fui al psiquiatra por mi TOC y, a pesar de que los médicos me seguían viendo con anorexia, no eran especialistas en TCA y tampoco profundizaron en ello. De hecho, me culpaban a mí y me sentía casi como en una amenaza constante. Sentía que nadie estaba de mi parte.”

Creo que perder peso fue mi manera de expresar algo para lo que no tenía ni encontraba palabras.

Me parece traumática la idea de que nadie sea capaz de verte. Creí que nadie en el mundo podía comprender realmente mi situación y mi problema. Recuerdo estar en el hospital tras enfermar mucho y que el doctor me dijera: “¿No puedes simplemente comer?”. Como si el problema fuera la comida. En ese momento, me di cuenta de que nadie iba a pararse y ayudarme. Estaba tan sumergido con todo el tema de la comida y el peso que no podía hablar sobre todo el trasfondo emocional del problema y el sufrimiento que sentía. Y esa fue mi forma de comunicarlo. Creo que perder peso fue mi manera de expresar algo para lo que no tenía ni encontraba palabras. No podía hablar sobre ello, como si esa parte de mí estuviera apagada. Cuando gané peso de nuevo, la gente creía que estaba mejor, pero la realidad es que ,a nivel emocional, volvieron muchos sentimientos pasados y pensamientos intrusivos, y estuve inestable durante mucho tiempo.”

Es como si te dijeran que lo que te pasa no es suficiente, que no estás lo suficientemente enfermo.

“Mi peor momento fue cuando tenía 20 años. Estaba muy enfermo, tuve que dejarme la universidad y me pasaba el día comprando comida, comiendo, enfermando, encontrándome mal y perdí muchísimo peso. Así que fui al médico de familia para explicarle lo que estaba pasando y me dijo que todo era una llamada de atención. Creo que la peor parte es que nadie te escuche, me parece aterrador. Es como si te dijeran que lo que te pasa no es suficiente, que no estás lo suficientemente enfermo. Quería morirme, no sabía qué hacer y me intenté suicidar.

Cuando tenía alrededor de 22 años, abrieron un nuevo servicio de TCA en Gales. Finalmente, conseguí un tratamiento que sí que me ayudó porque contemplaba todo el tema emocional y sentí que por fin alguien podía entenderme. Me ayudaron mucho, me cogieron estando en riesgo de morir y con pensamientos suicidas, y acabé el tratamiento “sólo” sufriendo bulimia severa, pero aun así la situación era más segura. Desde entonces, he estado estancado en este hábito bulímico. A día de hoy ya no es tan emocional o psicológico, es más un tema fisiológico, algo a lo que mi cuerpo está acostumbrado y parece que lo necesita, pero estoy trabajando en ello.

No lo he superado del todo. Me estoy recuperando, pero aún sufro bulimia. Algo que faltó en mi tratamiento fue la conexión entre mi TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) y la bulimia. Hace poco vi a un psiquiatra que me explicó que el hecho de necesitar estar haciendo siempre algo (moverme, hacer ejercicio, recibir estímulos) ha hecho que mi cuerpo se acostumbre a la bulimia como una opción más que hacer, como si tuviera el ansia de sentir una sensación. Aún seguiré aprendiendo por qué tengo lo que tengo. Estoy feliz de hablar sobre el tema porque ya no lo veo como mi culpa. Estoy muy cómodo en mi cuerpo y ya no veo que necesite lucir de una determinada forma para los demás. Ahora no hago lo que hago por la imagen física, sino porque no moverme me causa mucho dolor.”

La gente hace lo mejor que puede para tomar las mejores elecciones entre las mejores opciones que tiene.

“La conversación sobre las elecciones es una de las más difíciles y controvertidas. Mis opiniones no siempre se toman bien y recibo bastantes críticas, porque yo reconozco que elegí perder peso la primera vez sin saber dónde me llevaría. De alguna manera es una elección, pero no una elección libre o de estilo de vida. Personalmente creo que la gente hace lo mejor que puede para tomar las mejores elecciones entre las mejores opciones que tiene. Si por cualquier razón llegas a un punto en tu vida en el que un TCA es la única opción disponible, o se te presenta como una opción, es a eso a lo que te aferras. Creo que yo no tenía muchas opciones disponibles. Si me hubieran dado otras opciones como un mejor tratamiento o más comprensión y apoyo, seguramente no hubiera elegido lo que elegí. Por eso queremos asegurarnos de que la gente tiene otras opciones, cosa que a día de hoy no se da el caso.”

 
James es, entre otras muchas cosas, profesor de Yoga. Durante una de sus clases, dijo: “El Yoga no es tanto sobre conseguir objetivos, sino sobre conectar con uno mismo”. James ha encontrado en esta disciplina una manera de poder conectar su cuerpo con sus emociones, así como una forma de expresarse a través del movimiento.

James es, entre otras muchas cosas, profesor de Yoga. Durante una de sus clases, dijo: “El Yoga no es tanto sobre conseguir objetivos, sino sobre conectar con uno mismo”. James ha encontrado en esta disciplina una manera de poder conectar su cuerpo con sus emociones, así como una forma de expresarse a través del movimiento.

James Downs es también escritor e investigador. Para más información, visita su perfil de Instagram @jamesldowns espacio que utiliza para concienciar sobre Trastornos de la Conducta Alimentaria, compartiendo información educativa y útil, así como datos interesantes sobre yoga los beneficios del yoga.