GIULIA

Preferiría morir en el quirófano a estar gorda.

Traducción de Elio Verdú.

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A veces he deseado ser anoréxica porque era la única manera de no comer y adelgazar.

Tuve obesidad durante una temporada larga, sobre todo a partir de los 17 años. Comía demasiadas cantidades y todo tipo de comida. La gente se burlaba de mí y me trataban como la chica gorda. No estaba cómoda con ello e intenté cambiar mi apariencia. Empezaba dietas, pero a los tres días me moría de hambre así que volvía a comer. Ha habido veces en mi vida en las que he deseado ser anoréxica porque era la única manera de no comer y adelgazar.

No me importa a cuántas cirugías me someta si el resultado final es obtener lo que necesito.

En 2017 fui a Milán y me hice la primera cirugía bariátrica, un cinturón gástrico que redujo el tamaño de mi estómago. Tomé esta decisión por mí misma porque no quería estar gorda, pero obviamente es una decisión influenciada por la sociedad y sus normas. Dos años más tarde, en diciembre de 2019, el cinturón dejó de funcionar, por lo que volví a ganar peso. Me mudé a Reino Unido para estudiar periodismo y durante el tiempo que estuve allí gané incluso más peso, llegando a pesar 105kg. Como las dietas no estaban funcionando y no podía perder peso por mí misma, decidí pasar por quirófano de nuevo en septiembre de 2020. Mi estómago se redujo un 80% y perdí casi 40kg.

Siempre hay un equipo de psicólogos y dietistas que hacen un seguimiento de tu camino tras la intervención y comprueban que todo va bien. Sin embargo, hay una serie de normas que debo seguir estrictamente. No puedo comer y beber al mismo tiempo, solo puedo tomar pequeñas cantidades, ya que me sacio enseguida. Si como demasiado o hago algo que no debería, mi estómago lo rechaza y lo vomita. Así que debo tener cuidado para no ponerme mal, lo cual sucede de una a dos veces por semana. Puede ser doloroso pero la cirugía ha valido totalmente la pena para mí, porque ha sido la única forma de conseguir mi objetivo.

Mi mayor miedo no es es el dolor, morir durante una operación o vomitar. Mi mayor miedo es estar gorda. Cuando estoy gorda me doy asco. Una persona muy cercana a mi me dijo que parecía un cerdo y ese pensamiento se me ha quedado grabado desde entonces. Una parte de mi cabeza continúa diciéndome que no puedo estar gorda porque perderé todo lo que he conseguido hasta ahora. No me importa a cuántas cirugías me someta si el resultado final es obtener lo que necesito.

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La carga de mi cuerpo, la presión y el sentimiento de no encajar me mataría de todas formas.

Quiero estar delgada porque así la sociedad me aceptará. Sé que está mal decirlo, pero para mí es la verdad, así es como yo lo veo. No importa dónde estés, estar delgado siempre va a estar aceptado. La gente te mira diferente en el trabajo, la familia, los amigos...incluso la gente que te quiere te trata diferente. Ahora estoy contenta y podría parar de perder peso, pero quiero perder aún más.

Uno de los trastornos alimentarios ya no lo tengo, porque no me doy atracones al comer y no tengo sobrepeso, pero ahora he desarrollado otro que es la obsesión de no engordar. No sé cómo llamarlo o lo que realmente es. En mi cabeza, estar delgada es guay, porque si eres guay te respetan más. Si vuelvo a ganar peso, me volveré a operar. Preferiría morir en el quirófano a estar gorda. La carga de mi cuerpo, la presión y el sentimiento de no encajar me mataría de todas formas.

Hay personas que no entienden mi necesidad de pasar por un quirófano. La gente que se pregunta y me cuestiona por qué quiero pasar por eso es la misma que se ha reído de mí y que han celebrado mi pérdida de peso. Tengo mucha rabia y frustración dentro de mí por el acoso por el que he tenido que pasar. Tengo muchos problemas personales todavía sin resolver y es por eso por lo que ahora valoro mucho más mi entorno, el tipo de gente con la que me quiero relacionar y mi círculo social. A veces, alejarte de ciertas personas es lo único que necesitas para estar bien.

No quiero que la gente sufra, quiero que la gente escuche mi historia y entienda lo que me ha llevado hasta aquí.

Tuve una infancia difícil y solía irme al campo que había cerca de mi casa a leer Harry Potter. Los libros siempre han sido mi vía de escape, donde podía conectar y realmente ser yo misma. Cuando era pequeña soñaba con vivir en Inglaterra. He acabado viviendo finalmente en Londres y me enamoré, esta ciudad significa un montón para mí. Me gusta salir a explorar sus calles, perderme y escribir. Es la primera vez en años que empiezo a conocerme a mí misma. Además, he creado un blog en el que publico sobre mis vivencias y mi relación con la comida. Quiero hablar abiertamente sobre los trastornos alimentarios, pero en el momento en el que menciono esa palabra, todos creen que los estoy desatando. Yo no quiero que la gente sufra, quiero que la gente escuche mi historia y entienda lo que me ha llevado hasta aquí. He estado pensando en ponerme en contacto con otras personas que han tenido experiencias similares y compartir nuestra historia. Quiero enseñar mi fortaleza, he pasado por muy malas experiencias en mi vida y aún estoy aquí, haciendo lo que me gusta, persiguiendo el trabajo de mis sueños y decidida a contar la verdad.